Nos encontramos en el Puerto de la Escala hacia las 10 h. de la mañana para tomar un café y ultimar las compras. Estibar nuestras cosas y la comida en el velero y salimos a navegar hacia las 13 h. Aquí empieza nuestra travesía de altura en la que a lo largo de las próximas horas nos permitirá hacer las más de 240 millas que separan nuestro puerto base del puerto de Ajaccio. A una velocidad de 6 nudos prevemos llegar el miércoles a media mañana.
Organizamos la travesía en guardias de dos personas por guardia que se irán alternando cada dos horas y media. Por la noche el patrón nos dará las indicaciones necesarias para que podamos quedarnos al gobierno del barco aunque, lógicamente, tenemos al patrón a nuestra disposición para cualquier duda o para lo que sea necesario.
Durante todo el día seguimos navegando. Estaremos muchas horas solos en medio del mar, pero habrá que estar atentos las 24 horas porque, en cualquier momento pueden aparecer peligros como boyas, o otro barco. Si tenemos buen tiempo serán momentos de relax y tranquilidad. Quizás un buen momento para leer "Asterix en Córcega", por ejemplo.
Llegada al Puerto de Ajaccio hacia la hora de comer. Atracamos, vamos a hacer unas merecidas duchas y salimos a dar una vuelta por la ciudad. Por la noche podemos organizar una cena en el velero o bien ir a cenar fuera en alguno de los muchos restaurantes y locales que nos ofrece la ciudad. Ajaccio es famosa por sus embutidos, quesos, miel y el licor de Mavella. También dispone de nueve denominaciones de origen de vino, muchos de ellos elaborados con la Sciaccrellu, una variedad de uva propia de la isla.
Día de descanso y relax. Nos tomamos todo el día para pasear y conocer Ajaccio. Es una bonita ciudad relativamente pequeña con una parte antigua muy cerca del puerto y rodeada de colores y olores mediterráneos. El emplazamiento es espectacular, en medio del Golfo de Ajaccio y rodeado por impresionantes cadenas montañosas que alcanzan los 2.700 metros de altura. Además, la ciudad dispone de numerosas playas y calas donde podremos tomar un baño.
Si hay ganas de navegar una de las mejores opciones es hacer una visita a las Islas Sanguinarias, conocidas por este nombre por el color que toman en los atardeceres, muy parecidos a nuestras Islas Hormigas.
Después de desayunar salimos a navegar por la Bahía de Ajaccio hacia el norte. Pasaremos por delante de las Islas Sanguinarias y iremos costeando a lo largo del día, parando para tomar un baño y comer en alguna de las numerosas cala que encontramos antes de llegar a la Reserva Natural de la Scandola, en la bahía de que forman Cabo Girolata y Cabo Porto. Esta Reserva ocupa una extensión de más de 10 Km2 y fue reconocida como Lugar Natural Patrimonio de la Humanidad en 1983. Fondearemos y pesaremos la noche en el Golfo de la Girolata.
Nos levantamos en este entorno magnífico de la Girolata para desayunar y hacer el primer baño del día. Hacia media mañana, cuando levante el viento, continuaremos rumbo norte haciendo una navegación de 4 horitas que nos llevará a Calvi.
Aquí nos espera una marina muy animada, con muchos cafés y restaurantes y donde podremos descansar y divertirnos. Además, la ciudad cuenta con la Fortificación de la Ciudadela omnipresente desde el puerto y un carácter abierto y extrovertido. Por no hablar del entorno de sus playas y calas.
Pasaremos gran parte del día en Calvi. Ya sea dando paseando y merodeando por la ciudad o saliendo a navegar por las cercanías para tomar un baño en alguna de las bonitas calas llenas de pinos que hay en los alrededores. Hacia media tarde, cuando tengamos el velero estibado y trincado por la travesía, saldremos rumba de las Islas Hyères, de las que nos separan unas 100 millas.
Navegamos por las aguas del frente del Mar de Liguria, donde cada verano se reúne miles de ballenas para alimentarse del plancton que en esta época del año aflora de sus abismos de más de 3.000 metros de profundidad.
Por la mañana ya estaremos viendo la Costa Azul francesa y llegaremos a las Hyères después de comer. Las Hyères es como se conocen las tres islas que forman parte, Puerto Cross, Porqueroles y La isla de Levante. La primera de estas declarada Reserva Nacional de Puerto Cross.
Para los que no las conocéis, son unas islas de una belleza excepcional, tanto en sus playas y calas como en lo referente a su fauna y flora. Además, en la Isla de Puerto Cross, entre la Roca de Rascas y la playa de la Palud hay un recorrido submarino que se puede hacer perfectamente con gafas y tubo y que nos hará descubrir los fondos de estas aguas.
Por la mañana y después de desayunar y de tomar nuestro baño, volvemos a levantar las velas para hacer una navegación de placer por el entorno de esta reserva. La idea es pasar un par de días por esta zona e ir decidiendo sobre la marcha a qué puerto o qué isla queremos fondear o pasar esa noche. Una posibilidad es fondear en la Isla de Porqueroles para pasar la noche del martes.
En nuestra dinámica de siempre, nos levantamos desayunamos y hacemos un baño en espera de que a medio día el viento se levante. A partir de las once o las once y media, izamos velas y nos dirigimos hacia Toulon, último puerto de nuestra travesía antes de volver a casa.
En Toulon nos recibe una de las bahías más bonitas del mediterráneo que da paso a un puerto situado justo en la parte vieja de la ciudad. Este zona llena de gente, de cafés y de calles nos llevará al mercado provenzal Cours Lafayette donde podremos comprar lo necesario para la travesía de vuelta. Por la noche quizás podemos organizar la despedida de nuestro viaje a Francia y aprovechar la oportunidad para probar la famosa sopa bourride, típica de esta ciudad y hecha con pescado blanco y alioli.
Después de hacer un buen desayuno y calculando unas 28 horas de travesía hasta la Escala, estibaremos todo antes de salir a navegar. Otra vez organizaremos las guardias, pondremos música, nos explicaremos historias o simplemente oiremos el rumor del mar deslizarse bajo nuestro Triana V mientras vamos haciendo millas rumbo Suroeste.
Si estas alturas del viaje aún no hemos pescado nada, esta será nuestra última oportunidad. Si pican, unas patatas y un par de cebollas harán los honores al pescado que hayamos sacado.
Calculamos que hacia las 18 h. llegaremos al Puerto de la Escala. Luego, tras una merecida cervecita, vendrá el intercambio de mails y teléfonos, otras celebraciones y finalmente, nos despediremos hasta la próxima.
El cumplimiento del calendario y del itinerario descrito queda supeditado a las condiciones climáticas en el momento de realizar la actividad y en último término al buen criterio del patrón.
